La amenaza de un ataque nuclear, fruto de la imbecilidad de los líderes mundiales, puede llevar a algunas personas a considerar medidas preventivas como la ingesta de yodo para proteger la tiroides de la radiación. Hemos dado un vistazo por internet para conocer la dosis de yodo necesaria y los efectos de la exposición nuclear según la distancia y la potencia de la bomba, así como las medidas que tomaría el gobierno de España en caso de llegar a esta situación.
Dosis de Yodo Necesaria
El yodo, y más específicamente el yoduro de potasio, se utiliza para saturar la tiroides y prevenir la absorción de yodo radiactivo, que puede causar cáncer de tiroides. La dosis recomendada varía según la edad y la situación:
- Adultos: 130 mg de yoduro de potasio.
- Niños mayores de 3 años: 65 mg.
- Niños de 1 mes a 3 años: 32 mg.
- Recién nacidos (hasta 1 mes): 16 mg.
Al parecer, es crucial tomar el yodo en el momento adecuado. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda tomarlo menos de 24 horas antes o hasta 2 horas después de la exposición prevista. Tomarlo 8 horas después sigue siendo efectivo, pero pasadas las 24 horas, su eficacia disminuye significativamente.
Efectos de la Exposición Nuclear Según la Distancia y la Potencia de la Bomba
La distancia desde el epicentro de una explosión nuclear y la potencia de la bomba influyen directamente en los efectos de la radiación.
Efectos de una Bomba de 10 Megatones
- 0-3 km: Zona de máxima destrucción. La radiación y el calor son letales. Las personas en esta área sufrirán quemaduras graves y una dosis letal de radiación.
- 3-6 km: Alta probabilidad de quemaduras de tercer grado y exposición a dosis letales de radiación. La mayoría de las estructuras serán destruidas.
- 6-16 km: Quemaduras de segundo y tercer grado son comunes. La radiación puede causar enfermedades graves y potencialmente mortales.
- 16-22 km: Quemaduras más leves, pero aún significativas. La exposición a la radiación puede causar efectos a largo plazo, como cáncer.
- 22-40 km: La radiación disminuye, pero aún puede causar efectos estocásticos como cáncer y problemas genéticos a largo plazo.
Para una bomba de 1 megatón (1 Mt):
- 0-1 km: Zona de máxima destrucción. La radiación y el calor son letales. Las personas en esta área sufrirán quemaduras graves y una dosis letal de radiación.
- 1-3 km: Alta probabilidad de quemaduras de tercer grado y exposición a dosis letales de radiación. La mayoría de las estructuras serán destruidas
- 3-8 km: Quemaduras de segundo y tercer grado son comunes. La radiación puede causar enfermedades graves y potencialmente mortales
- 8-11 km: Quemaduras más leves, pero aún significativas. La exposición a la radiación puede causar efectos a largo plazo, como cáncer.
- 11-20 km: La radiación disminuye, pero aún puede causar efectos estocásticos como cáncer y problemas genéticos a largo plazo.
Para bombas de menor potencia, como la de 15 kilotones (kt) utilizada en Hiroshima, los efectos se concentran en distancias más cortas:
- 0-1 km: Destrucción total y letalidad inmediata.
- 1-2 km: Quemaduras graves y alta exposición a radiación.
- 2-4 km: Quemaduras moderadas y efectos a largo plazo.
Medidas de Protección y Protocolo del Gobierno de España
El gobierno de España tiene un protocolo de actuación para casos de emergencia nuclear o radiológica, regulado por el Real Decreto 586/2020. Este protocolo, enfocado más a un accidente nuclear que a una guerra, incluye:
- Información Obligatoria: Informar a la población sobre las medidas de protección en caso de emergencia.
- Planificación y Coordinación: Elaboración de planes de emergencia tanto a nivel interno (por parte de las centrales nucleares) como a nivel exterior (por parte de la Administración General del Estado y otras administraciones públicas).
- Medidas de Protección: Distribución de yodo, evacuación de la población y protección de alimentos y agua.
- Cooperación Internacional: Cooperación con otros países y organizaciones internacionales.
En un escenario de guerra nuclear, sería necesario adaptar y ampliar los planes existentes, cooperando con organizaciones internacionales como la OTAN y la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), y utilizar recursos nacionales como las Fuerzas Armadas y Protección Civil, de un modo más eficiente que en catástrofes recientes.
La preparación y la prevención son esenciales para minimizar los efectos devastadores de un enfrentamiento nuclear, pero lo principal es que reflexionen y mediten un poco los "cuatro locos" a los que la población mundial ha otorgado el acceso al botón rojo: en el juego de la guerra atómica, el mejor movimiento es que no haya partida.