Lo de los presupuestos participativos ha sido como pedirle a un muerto de hambre, que elija entre un canapé de atún o un plato de lentejas; y entre darle la oportunidad de comérselas él o cederle tal privilegio a otro “esmayao”. Los vecinos de nuestra localidad tenían la oportunidad de elegir entre varias opciones, con presupuestos muy dispares, para ser realizadas mediante el plan de fomento del empleo agrario: Nichos para Cartaojal (alrededor de los 24.000€), la tercera fase de la piscina (alrededor de 102.000€), la primera fase de la mejora hidráulica en la calle Antequera de Los llanos (más de 200.000€) y el acerado de calles en Cañadas de Pareja (39.000€). Por mayoría absoluta los vecinos asistentes han decidido que dicho presupuesto se destine a la tercera fase de la piscina para Cartaojal, es decir, que teniamos hambre y nos comimos las lentejas. Quedan en el aire las siguientes preguntas: ¿Significa esto que el cementerio no tendrá más nichos, que Los Llanos no tendrán la mejora en su calle y que las aceras de Cañadas de Pareja no tendrán ningún arreglo? ¿Qué pasa con la diferencia restante entre el mayor presupuesto posible y el elegido? Quizás sea que esto de los presupuestos participativos es una simple patraña para hacernos creer que elegimos nuestro camino y que tenemos un rumbo propio. Imagino que todas estas obras son necesarias y deben ser realizadas mediante uno u otro fondo. Hemos tenido un solo plato para llenar muchas bocas, y mi deseo es ahora que aún queden lentejas en la “perola” antequerana.
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