Señoras, señores. Madames, Messieurs. Ladies and gentlemen. (Por favor lean esto con buena voluntad) La XIII NOCHE FLAMENCA DE CARTAOJAL comenzará en unos 365 días. Les recordamos que en el patio del colegio La Peña está totalmente permitido disfrutar del cante, del baile y del toque. Este año, como en los doce anteriores, la organización pondrá a disposición de los amigos y espectadores o de los amigos espectadores o de los amigos, que son casi todas las personas que entran por la puerta del recinto, repito, pondrá a disposición vuestra, una escalera para que, el que así lo desee, pueda alcanzar la luna o alguna estrella. Para los que quieran subir y no puedan, se les facilitarán todos los medios de los que disponemos, como son la ilusión, el trabajo, la constancia, la generosidad, la reivindicación por nuestro arte y nuestras costumbres, con los que estamos seguros que salvaran ese obstáculo y podrán recibir en su corazón y en sus manos la luna, alguna estrella o algo bonito y maravilloso para contarle a sus hijos, hermanos, amigos, nietos o vecinos. Podrán decirle al mundo que ellos estuvieron allí la noche del Flamenco en la que se unieron el Cielo y la Tierra y de ese conjuro les nació un sentimiento nuevo que hace que “cuando suena una guitarra entran ganas de…vivir”. Confirmación y sentimiento al que los sabios han llamado afición pero que yo no encuentro palabras para definirlo. Como dijo nuestro presidente Javi, hace unos pocos festivales, en este patio siempre desafiamos a las leyes de la Física o de las Matemáticas: “Por la puerta del colegio salen más aficionados de los que entran”. Yo sólo quiero añadir que esa es la PUERTA GRANDE DEL CANTE, la que no tiene llave y nunca se cierra. A nadie. El que no venga habrá perdido otra oportunidad de ser un poquito más feliz durante poco más de tres horas. La felicidad se cuenta por horas, minutos o segundos. Nadie es feliz todo el tiempo salvo, creo yo, esas personas a las que les llamamos tontos. Yo he querido ser uno de esos tontos y gracias al Flamenco casi lo consigo. Así que, otra frase para compartir, “El Flamenco te vuelve tonto, aprovéchalo y sé feliz”. Esa es mía y de ahora. ¡So Tontos!. (Francisco Pozo - Tesorero de la Peña Flamenca de Cartaojal)
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