Día de peña, de peñistas, de arte y de artistas. Anoche tuvimos en la Peña a la familia Soto, de los Bizcos de la Calle los negros del barrio de la Victoria, casi ná. Conozco pocas calles el el mundo que en 100 metros hayan dado tanto arte genuino, de la calle, de verdad, racial, puro. Aroa Soto, Aroa de Bastián, estuvo discreta en los tientos, por descuadre con la guitarra pero lo bordó por tangos y bulerías. Esta niña es diferente y tiene más pellizco que unos alicates de presión. A mí me mata cuando la escucho. Canta despacito, templando y con muchísima fuerza y garra por bulerías. Eso se llama cantar por arriba y por abajo. Si no me equivoco va ser requerida por los aficionados a los que les gusta la pureza. Miguel Astorga, archidonés y castellano casado con una gitana, tiene un gusto y una voz impresioantes. Cantó unas cantiñas, abandolaos de Málaga, una soleá que quitó el sentío y le salió al quite Sebastián Jiménez que la bailó pa rabiar de bien. Sebastián, en dos años, será un número 1. Bailó por derecho, cosas de academia (La Lupi) y lo mejor lo de su creación. Es una auténtica promesa de ya. Bastián Soto hizo una mijita de cuplés por bulerías, se pego sus pataítas y nos dejó el sello de La Calle Los Negros. Noche completa en la que cenamos muy bien y disfutamos del buen flamenco en un ambiente de cordialidad, familiar y de amistades. Esto ha hecho que anoche se sumaran nuevos socios. Gracias a la peña, al Ayuntamiento por ceder sus instalaciones, a los miembros de la Peña flamenca de Antequera, que vinieron, y a la vida por brindarnos tantas oportunidades. (Francisco Pozo, Presidente de la Peña Flamenca de Cartaojal "Paco de Antequera").
Gracias Ángel.
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