"Desde el Área de Deportes se informa (por redes sociales) a jóvenes y a padres que las pistas polideportivas de barrios y anejos permanecen cerradas y sigue estando prohibido su uso. Viendo en los últimos días, incluso con los accesos cerrados, la presencia de jóvenes en dichas instalaciones, se pide desde el Ayuntamiento de Antequera que se cumplan las indicaciones de prohibición de acceso". Tampoco estaría mal que, aparte de dar consejos, el Ayuntamiento de Antequera instalara puertas nuevas tras el robo de las mismas, o que los amantes de lo ajeno dejen de "jodernos" a todos y las devuelvan. Son las puertas del Polideportivo "Ricardo Campos Soria" y, aunque puedan hacer un buen apaño en cualquier gallinero o corraleta, es un bien común y su robo lo pagamos todos. En el pueblo sin ley, donde la policía sólo asoma cuando los astros se alinean, es el civismo de la mayor parte de los vecinos el que consigue que no se desmadre la situación. De momento parece respetarnos el virus en este periodo de latencia, mientras continuamos atentos a la llegada de la "segunda oleada", pero tarde o temprano volverá a entrar. De nosotros depende en gran medida que no nos pille desprevenidos y no darle al contagio la posibilidad de correr como la pólvora. ¿Por qué se desinfectaban las calles de pueblos y ciudades cuando todos estábamos encerrados y no se desinfectan ahora que estamos todos en ellas? Quizás porque creemos en el poder destructivo de los rayos uva o porque comenzamos a pensar que no somos tan vulnerables. Entramos de uno en uno a las farmacias mientras nos apelotonamos en otros lugares de ocio donde su efecto contra el coronavirus parece tan beneficioso como el agua milagrosa que es vertida sobre los futbolistas tras la entrada de un oponente. La pandemia no ha pasado y debemos usar las instalaciones públicas y los lugares de ocio con responsabilidad, respetando a los demás y respetando también a quien quiere tomarse un café o una cerveza guardando cierta distancia de seguridad. Mascarillas y distancia de seguridad no han sido recomendadas por el gobierno de España porque tengan el morbo de vernos incómodos o porque crean que estamos más guapos si nos tapamos la cara con ellas. Nos las aconsejan porque este virus mata y, de momento, el único modo de contenerlo es tratar de impedir su contagio. El uso del polideportivo no está prohibido por un capricho del presidente de la Junta o porque el Alcalde de Antequera se haya levantado con esa ocurrencia. Las instalaciones están cerradas porque en ellas se realizan deportes de contacto, y es ese contacto el que se intenta evitar.
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jueves, 23 de julio de 2020
El polideportivo sigue estando "cerrado" y prohibido su uso
"Desde el Área de Deportes se informa (por redes sociales) a jóvenes y a padres que las pistas polideportivas de barrios y anejos permanecen cerradas y sigue estando prohibido su uso. Viendo en los últimos días, incluso con los accesos cerrados, la presencia de jóvenes en dichas instalaciones, se pide desde el Ayuntamiento de Antequera que se cumplan las indicaciones de prohibición de acceso". Tampoco estaría mal que, aparte de dar consejos, el Ayuntamiento de Antequera instalara puertas nuevas tras el robo de las mismas, o que los amantes de lo ajeno dejen de "jodernos" a todos y las devuelvan. Son las puertas del Polideportivo "Ricardo Campos Soria" y, aunque puedan hacer un buen apaño en cualquier gallinero o corraleta, es un bien común y su robo lo pagamos todos. En el pueblo sin ley, donde la policía sólo asoma cuando los astros se alinean, es el civismo de la mayor parte de los vecinos el que consigue que no se desmadre la situación. De momento parece respetarnos el virus en este periodo de latencia, mientras continuamos atentos a la llegada de la "segunda oleada", pero tarde o temprano volverá a entrar. De nosotros depende en gran medida que no nos pille desprevenidos y no darle al contagio la posibilidad de correr como la pólvora. ¿Por qué se desinfectaban las calles de pueblos y ciudades cuando todos estábamos encerrados y no se desinfectan ahora que estamos todos en ellas? Quizás porque creemos en el poder destructivo de los rayos uva o porque comenzamos a pensar que no somos tan vulnerables. Entramos de uno en uno a las farmacias mientras nos apelotonamos en otros lugares de ocio donde su efecto contra el coronavirus parece tan beneficioso como el agua milagrosa que es vertida sobre los futbolistas tras la entrada de un oponente. La pandemia no ha pasado y debemos usar las instalaciones públicas y los lugares de ocio con responsabilidad, respetando a los demás y respetando también a quien quiere tomarse un café o una cerveza guardando cierta distancia de seguridad. Mascarillas y distancia de seguridad no han sido recomendadas por el gobierno de España porque tengan el morbo de vernos incómodos o porque crean que estamos más guapos si nos tapamos la cara con ellas. Nos las aconsejan porque este virus mata y, de momento, el único modo de contenerlo es tratar de impedir su contagio. El uso del polideportivo no está prohibido por un capricho del presidente de la Junta o porque el Alcalde de Antequera se haya levantado con esa ocurrencia. Las instalaciones están cerradas porque en ellas se realizan deportes de contacto, y es ese contacto el que se intenta evitar.
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Alucinado con el robo de las puertas
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